| El municipio de Luena no ha vivido nuevos sobresaltos desde hace mes y medio, cuando se produjeron los últimos sabotajes en la vivienda del alcalde. Sin embargo, la calma recobrada es relativa. La investigación, en manos de la Guardia Civil desde hace un par de meses, no ha arrojado ningún resultado por el momento. La normalidad ha vuelto al municipio, pero muchos vecinos se preguntan hasta cuándo.
Y es que Luena lleva viviendo año y medio de convulsiones. Primero fueron las polémicas entre los miembros del equipo de gobierno (PRC) y la oposición municipal (PP y PSOE), en la etapa en que José Ángel Ruiz presidía la Corporación local. Un cruce de denuncias por supuestas agresiones del alcalde contra el concejal José Antonio González y contra el militante del PP Enrique Blanchard, provocaron la dimisión del primer edil el 22 de enero de 2008 y su sustitución por José Luis Castañeda el 5 de febrero de 2008.
La polémica local tuvo alcance regional. Miguel Ángel Revilla, Vicente Mediavilla, María José Saénz de Buruaga, Isabel Urrutia, Santiago Recio... opinaron públicamente a lo largo de aquellos días. Luena alcanzó un protagonismo que ninguno de sus vecinos deseaba. O, al menos, que no deseaba por aquellos motivos.
Pintadas y amenazas
Superada aquella crisis, el Ayuntamiento nunca recobró la calma. Los plenos municipales han estado cargados de tensión, pese a los propósitos que unos y otros manifestaron al iniciarse la nueva etapa.
Últimamente, los hechos más relevantes han tenido como protagonista al actual alcalde, José Luis Castañeda, en cuya vivienda se han producido distintos sabotajes a lo largo del último invierno. El 12 de enero, un cordero apareció ahorcado en su cuadra, en Sel de la Carrera. Días después, fue la perra del alcalde quien apareció muerta. Junto a los animales, algunas pintadas amenazaban directamente a José Luis Castañeda: «Alcalde, el siguiente será tú».
Los últimos sabotajes tuvieron lugar el pasado 14 de febrero. Ése día, en Luena aparecieron pintadas en el mismo tono que las anteriores.
Rápidamente, la Guardia Civil se hizo cargo de la investigación. El problema es que había muy pocas pistas: nadie había visto y nadie sabía nada. El propio alcalde, acompañado por el concejal José Ángel Ruiz, se reunió con el delegado del Gobierno en Cantabria, Agustín Ibáñez, a fin de que éste impulsara la investigación. Sin embargo, mes y medio después continúa sin conocerse la identidad de los agresores.
Preguntas y respuestas
«Yo no soy sabedor de nada» manifestaba ayer mismo José Luis Castañeda, al ser preguntado acerca del resultado de las investigaciones. «No se sabe nada, y yo quiero saber con quién estoy viviendo», añadía. José Luis Castañeda espera respuestas, y asegura que «lo normal es que si ellos le traban, me lo digan a mí».
En los últimos días, Castañeda y otros miembros de la Corporación municipal se han interesado por las averiguaciones que, en este espacio de tiempo, hubiera podido hacer la Guardia Civil, pero no han recibido ninguna respuesta. «Cuando les preguntas te dicen que ellos no están para dar respuestas: que están para preguntar», afirma Castañeda.
Sea como fuera, lo cierto es que los vecinos de Luena se preguntan qué ha podido pasar, qué sujetos han podido cometer tales sabotajes contra las propiedades del alcalde y si la motivación de los mismos guarda o no alguna relación con la política. Sin embargo, no hay respuestas. Luena ha recobrado la calma, pero los vecinos continúan sin recibir respuesta a algunas preguntas que llevan formulándose desde hace algún tiempo.
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