| José Luis Castañeda, el alcalde de Luena que hace sólo unos días recibió una amenaza de muerte en forma de pintada y corderillo degollado, asegura que lo que pasa es que «están tirando a aburrir». Dice también que piensa «muchas cosas, que no puedo decir» y que «habrá que esperar a ver qué saca la Guardia Civil de lo de las huellas» para hablar con claridad.
Castañeda se encontró hace sólo unos días con que alguién había dejado un mensaje para él en una de sus cuadras «Alcalde, tu serás el siguiente». No tendría más importancia sino fuera porque sobre la viga de la cuadra colgaba un corderillo degollado. Una estampa muy fea. La Guardia Civil se encarga ahora del asunto y el alcalde de Luena espera noticias, aunque tiene claro que es «un asunto de política». Explica que tiene que ser eso porque en el mensaje que dejaron sobre el suelo de su cuadra se dirigen a él como alcalde. «Si fuera personal habrían puesto José Luis», dice convencido mientras adelanta que Luena «no es Marbella. No sé si piensan que aquí hay millones a trisca, pero no hay un duro y el alcalde cobra 234 euros al mes. Aún así están tirando a aburrir y no lo van a conseguir».
Castañeda dice que no tiene «ningún miedo» y que se apuesta el cuello por cualquiera de los vecinos. «No puede ser ninguno de ellos. Nos llevamos bien, aunque hay roces como en cualquier pueblo. De los concejales tampoco puedo decir nada. Otra cosa son los que tienen detrás».
Llegado a este punto de la conversación, el alcalde no quiere dar más datos. Reconoce que ha recibido muchas llamadas de apoyo en las últimas horas de vecinos, amigos y compañeros, pero que de la oposición ni un suspiro.
En Luena gobierna el Partido Regionalista, al que pertenece Castañeda. Son cuatro concejales. En la oposición hay dos ediles populares y uno socialista. Él sustituyó hace poco más de un año a José Ángel Ruiz, compañero de partido que dimitió después de haber sido juzgado y condenado por agredir e insultar a un vecino. Castañeda cree que lo suyo forma parte de una conspiración para, «después de haber acabado con José Ángel», acabar con él. «Como saben que a mí por la boca no pueden pillarme, hacen esto para tratar de conseguir que lo deje».
Pero insiste en que no tiene miedo y dice que casi prefiere no saber quién hizo lo de la cuadra. Confía en la investigación que ha abierto la Guardia Civil porque insiste también en lo de las huellas. «Han tomado nota de todo». Sin embargo, hay un asunto que podría complicar las cosas. Resulta que el cordel del que colgaron al animalillo «lo habíamos usado para golgar al chon que acabábamos de matar, así que lo ha tocado toda la familia».
Quien no está tan confiada es su mujer. Ella se queja del daño que han hecho a sus hijas. Especialmente a la pequeña, que era la que tenía el coderito a su cargo. «No es el valor del animal, es lo desagradable del hecho. Menos mal que ellas (tienen tres niñas) no lo vieron allí colgado y sangrando. Lo estaban alimentando con leche de vaca y era su juguete».
Dice esto después de bajarse de la moto con la que se mueve por las callejas de Sel de la Carrera, el pueblo de Luena en el que viven. «Lo de las niñas es serio, porque a las mayores en la discoteca les han dicho cosas y a la hija del anterior alcalde le llegaron a decir '¡A tu padre le vamos a colgar'!».
En estas circunstancias, Castañeda dice que casi prefiere no saber quién ha sido».
Los hechos
Respecto a lo ocurrido, cuentan que fue a las seis y medio de la tarde del lunes cuando la mujer de Castañeda dejó una de las cuadras que tienen en el pueblo. Pasadas las siete él llegó al lugar y se encontró con el panorama. «Lo han colgado vivo y luego le han dado un tajo en el cuello para matarlo», explica. A partir de ahí las llamadas a la mujer para enseñarle aquello y comentar lo ocurrido con ella y con los vecinos que ayer también mostraban su sorpresa por lo ocurrido.
| | |
|