| En contestación al escrito publicado el 25 de noviembre de 2008, tengo que hacer varias aclaraciones a la señora Mariví Ontaneda. En cuanto a las tres empleadas, tengo que decir que jamás ha habido tres empleadas en el Ayuntamiento de Luena, eran dos las limpiadoras, no tres. Es cierto que usted estaba sin dar de alta y así lo dejó bien claro el señor juez, condenando al Ayuntamiento a pagar una multa, decisión que acatamos y el importe de la multa se pagó. Pero usted, no contenta con esto, nos denunció a la Seguridad Social, cuya sentencia también acatamos y se abonaron las cantidades correspondientes.
Dice que la hemos echado, algo que no es cierto, yo la dije que tenía que darse de alta en la Seguridad Social y usted me contestó que para lo que estábamos pagando no la interesaba. Usted limpiaba el consultorio una hora a la semana, lo hacía a su antojo, iba cuando quería, mandaba a otra persona por usted. Resumiendo: como nadie la controlaba, hacía lo que la daba la gana.
Yo he intentado tenerla en situación legal y que se ganara un sueldo, no como hizo el alcalde que la metió a trabajar, que la escogió a dedo, sin contrato y sin darla de alta en la Seguridad Social. A usted parece ser que nunca la ha importado estar en situación ilegal, de hecho usted era consciente de la situación en la que se encontraba, lo único que la ha importado es llevarse lo que la pagaban y ya está, y ahora resulta que utiliza todo este asunto para desprestigiar al ayuntamiento y a los que le gobiernan.
Dice que la ha apoyado muy poca gente; cómo la van a apoyar si ya la conocen de sobra.
Todavía recuerdo cuando yo era concejal de la oposición y era alcalde José Ángel, en aquella época usted tuvo la desgracia de perder a un ser querido, y el entonces alcalde, José Ángel, con el apoyo de todos los concejales, entre los que me encontraba yo, no dudó ni un instante en darla todo el apoyo económico que necesito en aquel momento, consistente en pagar el entierro y las flores.
Marví Ontaneda, ¿tanto hemos cambiado, o es que entonces éramos tontos? La diré que usted carece de tres cosas muy importantes, que son: orgullo, conciencia y vergüenza.
Me despido diciendo que en esta vida no es de bien nacidos ser desagradecidos.
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